Son la tendencia mundial pero hay que sacarles a pasear y jugar con ellos.
Por José Oviedo Bareiro
Una mascota mini atrae porque puede correr por la sala, a diferencia de un perro grande que echa todo lo que hay con su cola.
“Mundialmente, aumentó la preferencia por las mascotas pequeñas”, afirmó la docente universitaria y veterinaria Viviana Villagra.
Pero elegir razas pequeñas no significa que puedan vivir encerrados todo el día en el departamento, comentó.
“Si la persona no se va a dedicar a su perro, si no le va a sacar a pasear, no le va a hacer jugar, a veces tienen trastornos obsesivos compulsivos los perritos”, dijo.
Explicó que así como a veces se les sacrifica por una enfermedad incurable, se les sacrifica por un problema de conducta imposible de tratar.
Manifestó que existen cinco libertades que ni en gallinas, ni en bovinos ni en ninguna especie se puede privar.
Los animales tienen que estar libres de hambre, sed y desnutrición, libres de miedos y angustia, libres de incomodidades físicas o térmicas.
También deben estar libres de dolor, lesiones o enfermedades y libres para poder expresar las conductas y pautas de comportamiento propias de su especie.
“Me dicen ‘tengo un jardín enorme, por eso nunca les paseo’, pero es también para él un estrés eso. Vivir en el mismo jardín toda su vida”, aseguró.
Observó que hay razas más tranquilas como el bulldog inglés y el gato persa.
“La gente piensa que los perros chicos no dan trabajo, pero la mayoría se formó para buscarles en las madrigueras a los conejos, son aceleradísimos”, apuntó.
Algunas de las razas pequeñas más preferidas son Schnauzer miniatura, Beagle, Yorkshire Terrier y Chihuahua.