La historia del Rolls Royce que usó Lula para el acto de toma de mando

Paseó hasta a la difunta reina Isabel II. En la asunción, un niño entregó la banda presidencial en lugar de Bolsonaro.

Paseó hasta a la difunta reina Isabel II. En la asunción, un niño entregó la banda presidencial en lugar de Bolsonaro.

Unas 300.000 personas participaron ayer en la asunción de Lula (77 años) en Brasilia que inicia así su tercer periodo.

Munidos de banderas y remeras rojas del Partido de los Trabajadores, llenaron la Plaza de los Tres Poderes de la capital. Hubo nativos que hacían sus ritos de buenos augurios para Lula.

Más de 20 policías especializados iban de lado al lado del vehículo de Lula, a los costados una multitud, y había perros detectores de bombas. El presidente no usó chaleco antibala.

De acuerdo a informes desde el lugar, algunos seguidores realizaron travesías de 2.000 kilómetros en cuatro días.

Recibieron el año nuevo en bolsas de dormir en el estadio Garrincha de Brasilia que fue uno de los lugares que sirvieron de albergue.

Pasadas las 14:00, Lula y su primera dama salieron del hotel y recorrieron en el Rolls Royce que hace más de 70 años transporta a los presidentes. Les acompañaron el vicepresidente Geraldo Alckmin y su esposa, Lu Alckmin.

Se trata de un vehículo que llegó incluso a transportar a la mismísima reina Isabel II de Inglaterra en su tiempo, según informes del diario abc.es.

Fue estrenado el 1 de mayo de 1953, por parte del expresidente Getúlio Vargas. También se utiliza en las celebraciones de la independencia.

Lo que pocos saben es que el llamativo coche negro tuvo un hermano gemelo que no era descapotable.

Este terminó en manos privadas con el correr de los años y se menciona que en la actualidad se alquila por sumas millonarias para llevar a novias al altar.

Mínima ventaja

Lula derrotó a Bolsonaro en el balotaje del 30 de octubre con una diferencia de apenas 1.8%. Cabe señalar que Bolsonaro viajó a los EE. UU. en lugar de participar de la entrega de mando.

En su primer discurso, Lula prometió a rescatar del hambre a 33 millones de personas. En coincidencia con la recepción, comenzó el llamado Festival del Futuro, un concierto que reunió a medio centenar de artistas.

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