Las frutillas se ofrecen a G. 60.000 el kilo pero se estima que bajará en próximas semanas.

Empieza la temporada de frutillas con dulces recetas

En Areguá e Itauguá elaboran pizzas y empanadas. Conocé la tecnología que utilizan en el cultivo.

En Areguá e Itauguá elaboran pizzas y empanadas. Conocé la tecnología que utilizan en el cultivo.

Por José Oviedo Bareiro

La ruta Areguá – Patiño empezó a recibir a los amantes de la frutilla. Los puestos ya se instalaron con una amplia variedad de derivados.

Licores, chantilly de frutilla, jugos, chupa chups, piononos, dulces, mermeladas y hermosas frutas rojas están a la venta.

Cristina Insfrán es una de las elaboran artesanalmente estas delicias. Afirmó que por el momento vende sus productos desde su casa en la compañía Kokue Guazú, a 5 kilómetros de Estanzuela.

“Hacemos pizza, empanada (dulces). En el momento se te presenta (la idea) y podés experimentar”, dijo.

La pizza según las medidas cuestan entre G. 35.000 a G. 60.000. Actualmente, la frutilla está a G. 60.000 el kilo pero se estima que bajará a medida que avance la cosecha.

La frutilla moviliza a cientos de familias. La cuñada de Cristina, Tania Meza, también se dedica a esta fruta, pero desde las plantaciones.

“Estamos empezando recién a juntar las frutillas. Está espectacular”, comentó a Día a Día Press.

Canasteras de frutillas

Sus clientes son mayoristas que distribuyen a las grandes ciudades, igualmente, canasteras que llegan a su finca en Areguá y llevan las frutas al interior. Explicó que desde Caacupé consiguen las plantas madres para poder plantar.

Allí se encuentra el Centro de Investigación Hernando Bertoni donde se producen las plantas madre de frutilla in vitro libres de virus.

La principal ventaja de esta tecnología aplicada ya en el país desde hace 36 años, consiste en que el productor lleva plantas saneadas.

“Están libres de enfermedades, tienen alta calidad genética, alta producción y uniformidad”, explicó la Ing. Marta Bartrina, jefa del departamento de cultivos de tejidos vegetales del IPTA.

Destacó que la variedad más requerida por los productores es la variedad DOVER por su alta resistencia a diferentes condiciones ambientales.

No obstante, el departamento cuenta con otras variedades que pueden ser multiplicadas.

Todo el proceso, desde la obtención de las plantulas a la aclimatación de las mismas en el invernadero lleva alrededor de 10 meses y se lleva a cabo todos los años.

Cada planta madre cuesta G. 5.000. Proveen cerca de 20.000 unidades al año que tienen un tiempo de vida útil de 2 años hasta que la carga de enfermedades es muy alta y baja la producción.

Cabe señalar que de cada planta madre salen 300 plantines, aunque hay productores que consiguen reproducir hasta 700.

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