Aplicación de botox.

BOTOX PARTY: “Hay complicidad entre el que aplica y el paciente”

La gente sabe cuando acude a personas no profesionales o lugares no habilitados, pero toma los riesgos, dice doctor.

La gente sabe cuando acude a personas no profesionales o lugares no habilitados, pero toma los riesgos, dice doctor.

Por Lourdes Cano

En peluquerías, spas y hasta centros odontológicos aplican botox y otros procedimientos estéticos a bajo costo.
Los profesionales idóneos son los dermatólogos certificados y los cirujanos plásticos acreditados.

La Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria Paraguay (DINAVISA) y el Ministerio de Salud Pública realizan constantes advertencias sobre la peligrosidad de acudir a otros lugares, pero el problema persiste.

El Dr. César Cristaldo, director de DINAVISA, explica que los pacientes no denuncian aunque tengan conocimiento de la existencia de locales informales o hayan sufrido con resultados no deseados.

“Yo creo que hay un acuerdo entre el que aplica y el que recibe el tratamiento para que no realice la denuncia. Claro, es imposible que la persona no sospeche que algo anda mal cuando el procedimiento es muy barato o se realiza en una peluquería o un garaje. Hay complicidad”, dijo el doctor.

Es la única explicación que encuentra el profesional al “Botox Party”. Las chicas se juntan a tomar champaña y se aplican botox de contrabando y sin control, advierte el profesional.

La mayoría de las veces son mujeres las que, por verse bien de forma rápida y sin gastar mucho, contratan a “técnicos en cosmetología” en sus propias casas y reciben descuentos especiales por grupos.

“’Tengo un casamiento en 15 días’, dicen, y ya acuden a aplicarse su botox”, apuntó el director.

La preocupación aumenta tras la advertencia de Brasil sobre la circulación de medicamentos falsificados de Botox 100U (toxina botulínica A) y Dysport 300U (toxina botulínica A).

¿Cómo identificar?

El costo promedio de la aplicación del botox a cargo de un profesional es de 200 dólares (1.447.317) por sesión.

Las personas y locales no habilitados la realizan desde G. 500.000, promocionándolos como ofertas momentáneas.

El costo es la primera señal para identificar que algo anda mal, ya que muchas veces el peligro está, incluso, en lujosas estéticas.

“La toxina botulínica (botox) no se compra en farmacias, el contrato se hace desde la distribuidora oficial de la marca con los profesionales dermatólogos o cirujanos. En todos los otros sitios se están usando productos no autorizados por DINAVISA, lo que significa que podrían ser alterados. Es fácil ponerle un rótulo lindo, pero adentro hay cualquier cosa. No tiene cadena de frío, no se sabe si está vencido”, explicó el doctor Cristaldo a Día a Día.

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Los productos falsificados o sin registro sanitario ingresan al país de contrabando de Brasil, Argentina y China.

“Por Amazon vienen sin problema productos de China, por courier también. Pasan la frontera en auto. En Ciudad del Este hay toda clase de productos de contrabando y se realizan intervenciones con la Policía, pero se necesita de mucho más”, apuntó.

En ese sentido, el galeno dijo que la belleza barata puede costar caro. A fin de salvaguardar la salud, recomiendan acudir a un profesional que, además, sea miembro de la Sociedad de Cirugía Plástica o la Sociedad Paraguaya de Dermatología.

Riesgos de mala aplicación del botox

La mala aplicación del botox o el uso de medicamentos no autorizados puede causar complicaciones como la caída del párpado superior, debido a que se paraliza el músculo al aplicar la toxina en el lugar equivocado.

Otro es el estrabismo o la visión borrosa, cuando se inyecta para las patas de gallo. La aplicación en ese sitio puede producir dificultad diplopía o visión doble.

La Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica recomienda no guiarse por las redes sociales, no priorizar la tecnología ante el profesionalismo, no buscar ofertas y ser realistas con las expectativas.