Experto en ciberseguridad recomienda a mamá y papá aprender a configurar los dispositivos que les dan a sus hijos.
Por José Oviedo Bareiro
Los juguetes que se conectan a internet ya son una realidad. Toman fotos, filman y graban las voces de los niños para responder preguntas.
Parecen ser inofensivos por estar a la vanguardia y hasta Papá Noel ya los incluyó en su bolsa de regalos.
Sin embargo, los datos que recolectan pueden exponer a los niños a ciberataques, afirmó Miguel Ángel Gaspar, de Paraguay Ciberseguro.
“Peluches, televisores, autos conectados a internet y el hecho que puedan tomar fotos o georreferenciar al usuario, es un peligro para los chicos”, afirmó.
Sostuvo que si se filtran los datos, los pedófilos y pederastas podrán saber dónde vive la criatura y sextorsionarle.
“En Paraguay tuvimos un caso así con transmisores para saber si el niño lloraba en la cuna”, recordó.
El transmisor funcionaba conectado a internet y filmaba para que los padres estuvieran atentos a sus movimientos.
Ellos no sabían que el dispositivo era uno de los 250 que tenía detrás a una red de pedófilos en China que se conectaba para filmar y sacar fotos a los niños.
“Es a lo que vamos a tener que enfrentarnos con el tema de los juguetes”, manifestó.
Los juguetes más peligrosos
El experto resaltó que el juguete conectado a internet más peligroso que se les da a los niños es el celular.
Aconsejó a los padres aprender a configurar lo que compran, aprender a colocar filtros, desactivar la cámara o tapar con cinta oscura.
“Los dispositivos tienen que cumplir con reglamentos internacionales de seguridad”, dijo.
Afirmó que ya existen países en la región como México y Colombia que trabajan con leyes para regular las edades y requisitos de los juguetes.
También en Europa está prohibido comercializar los datos recopilados de los aparatos utilizados por niños.
El mercado de los juguetes conectados a internet subirá a 22.000 millones de dólares en 2027, según la empresa de ciberseguridad ESET.
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