Influyentes digitales apoyan a candidatos en el vecino país, mientras que China les censura.
Por José Amilcar Oviedo
El miércoles se allanó la casa de la influencer y DJ Deolane Bezerra en Sao Paulo, Brasil.
Se trata de un posible delito contra la economía popular y asociación delictuosa que implicaría lavado de dinero, según el boletín de la Policía. En la mira están otros influencers del vecino país.
Incautaron un Porshe y un Land Rover Evoque, registros contables, un celular y relojes de marca.
Los abogados de la mujer de 34 años manifestaron que están tranquilos porque todas las marcas con las que trabaja pasan so legales.
Cabe señalar que Bezerra cuenta con 15 millones de seguidores en Instagram. En abril pasado, había apoyado públicamente su apoyo al candidato Lula Da Silva.
Cuidan la apariencia
Sin embargo, hay países donde las condiciones son más estrictas para los influencers.
En China, tienen que seguir ciertos códigos impuestos por el gobierno. En agosto del año pasado les sugirieron la ropa que tienen que usar.
«Cuando el anfitrión transmite en vivo, su ropa e imagen no deben violar el orden público o las buenas costumbres» y «su apariencia también debe reflejar las características de los productos o servicios que comercializan», ordenó el Ministerio de Comercio.
En junio llegaron nuevas restricciones: no pueden mostrar desperdicios de alimentos, ni muchos artículos de lujo, según el sitio Todo Digital.
Tampoco pueden publicar contenido que debilite al Partido Comunista Chino. Inclusive, para hablar de temas complejos, tienen que tener título universitario referente a ese tema.
Igualmente, tienen prohibido usar la inteligencia artificial para añadir rostros de autoridades en videos donde no aparecían.
Condiciones en las dos Coreas
Otros países que restringen a los influencers son Corea del Norte y Corea del Sur. En el primero de ellos, los influencers son extranjeros porque la población tiene acceso limitado a internet, destacó la cadena BBC.
Tal es así que un singapurense toma videos y fotos cada vez que visita Corea del Norte y cuando retorna a su país, descarga en un enorme disco y publica en sus redes.
En Corea del Sur, los influencers tienen que ser claros con sus seguidores. Tienen que revelarles en sus videos si lo que están haciendo es una publicidad pagada o solamente una promoción. No pueden contar si están probando una marca por unos días o minimizar diciendo que es informativo.