«Contacto cero»: ¿Qué es y cómo se aplica?

Este método puede ser recomendado por los psicólogos en ciertos casos.

Este método puede ser recomendado por los psicólogos en ciertos casos.

Por Tania Sosa

El llamado “contacto cero” es una técnica que consiste en restringir todo tipo de comunicación con una persona cuyo vínculo se ha decidido a terminar.

Esta decisión implica no hacer llamadas, no enviar mensajes de texto, dejar de estar pendientes de sus redes sociales, no comunicarse con sus amigos en común que den información sobre esa persona, dejar de compartir espacios y contextos, entre otros.

¿Es una buena práctica?

La psicóloga Silvia Meza explicó a Día a Día que este método tiene la posibilidad de aclarar nuestra mente y sentimientos, apartar la dinámica dañina en las relaciones, “blindar” emocionalmente a la persona y darle prioridad a las necesidades propias, además de fomentar el autoestima.

“El contacto cero es un acto posterior a una ruptura y puede ser recomendado por el psicólogo si ya afecta al paciente en su día a día. Saber qué tanto tiempo destina la persona revisando estados, con quién está y cosas así”, indicó.

“No es evitar el dolor”

En algunos casos, el daño fue tal durante la relación, que los pacientes hasta recurren a la Justicia para evitar el acercamiento de esa persona, pero por lo general, se intenta no tener noticias de esa persona en cuestión por un tiempo determinado.

La profesional indicó que esta forma de protegerse emocionalmente debe ser acompañada de un profesional, del entorno familiar y los amigos, ya que la idea no es evitar el sufrimiento por siempre.

“No es que se quiera huir. Se trata de transitar el dolor, de adquirir herramientas emocionales para enfrentar la nueva realidad. Alguna vez vamos a tener que encontrarnos de vuelta con esa persona, vamos a ver alguna foto, pero debemos estar preparados”, explicó.

Este método ayuda a dar el espacio para pensar y clarificar pensamientos, además de evaluar la decisión de haber terminado.

Algunos consejos

Reencontrarse con uno mismo/a: volver a conectar con nosotros mismos. Generar nuevas actividades para poder rearmarnos emocionalmente y crear nueva rutina sin esa persona.

Sanar heridas: con la terapia se podrán descubrir patrones y poder afrontarlos a través de un proceso de análisis personal.

Caminar o hacer gimnasia, comenzar un nuevo hobby como leer, manualidades. Escribir lo que uno siente para expresarse, entre otras actividades, puede ayudar a despejar mucho la mente.