Con humor ácido y cotidiano, van ganando espacios en los bares y shows privados. La idea es reírse de uno mismo.
Yemmy Melina es standupera hace ya 8 años, momento en que el género empezó a tener más notoriedad en el país.
Siempre le gustó ver monólogos en las redes y fue allí donde decidió tomar clases. Poco a poco fue ganando terreno hasta lograr estar entre los más populares del género.
La humorista prepara su monólogo durante el transcurso de la semana. Prácticamente tiene varios guiones hechos que se sabe al pie de la letra.
“Se me ocurre una idea de repente mirando televisión, una película en Netflix o haciendo otras cosas, yo tengo mi cuaderno conmigo siempre y anoto todo lo que puedo”, explicó a Día a Día.
Yemmy trabaja en bares, eventos privados como despedidas de soltera, entre otros.
“En el peor de los casos llego a tener 1 show a la semana, pero hay momentos que puedo llegar a los 5 o 6”, explicó.
Pese a sus ocho años de experiencia, todavía sigue sintiendo nervios como el primer día, pero eso lo trabaja siempre antes con una actitud positiva y trata de relajarse cuando empieza su show.
Sostuvo que uno de los secretos para mantenerse en el rubro principalmente es ser autocrítico y aceptar las críticas de los demás.
“Además de todo, hay que actualizarse, tomar cursos cada vez que se pueda y, sobre todo, con cada show ver qué hay que mejorar”, dijo.
Sarcasmo
Yemmy vuelve a ver sus presentaciones para fijarse en la reacción de la gente y pulir su presentación.
“Utilizo mucho el sarcasmo, el humor picante y el doble sentido. Es lo que le gusta a la gente”, explicó.
Sostuvo que quien se mete en el rubro fácilmente puede lograr como mínimo un salario mínimo al mes. “Depende de cómo se mueva”, dijo.
Camilo Acosta, quien lleva las escenas del “Gato Siamés”, contó que incursionar en el género no es nada fácil.
El peor de todos
“Una anécdota que no voy a olvidar es que luego de realizar mi primera presentación, que fue en una competencia de standuperos, fui el peor de todos. Fui el que menos aplausos tuvo”, dijo.
Pero esto lo ayudó a perfeccionarse.
Acosta acostumbra a estudiar sus guiones con anticipación y no se presenta con “ayuda memoria”. Trata de ser espontáneo y siempre salta alguna improvisación.
El encargado de formar a los standuperos, Nito Medina, comentó que son entre 10 a 15 aproximadamente los que se dedican al 100% al stand up, y más o menos 50 en total los humoristas que se formaron.
“El resto lo hace muy esporádicamente y por hobbie”, explicó.
Generalmente, los bares suelen pedir los shows entre semana principalmente, para reforzar los días “flojos”.
“Muchos bares están reemplazando el show en vivo por el stand up, porque tienen problemas con los vecinos por el ruido”, dijo.
El cobro de cada humorista por show ronda los 250.000 a 400.000, dependiendo del tiempo que se presente y qué tan preparado está.
Si querés enterarte de talleres para hacer stand up, podés consultar en Instagram: @standuparaguayo.