Tenían toda una estructura para el fraude, que afectó a miles. Expectativa de pena a los defraudadores llega a 5 años de cárcel.
Lisandro Morel (19) tiene pensado hacer un préstamo para poder resarcir económicamente a sus clientes, luego de que se descubriera que había miles de entradas falsas y duplicadas para el concierto de Bad Bunny, que se realiza mañana, en La Nueva Olla.
Morel contó a Día a Día que vio una oportunidad de hacer plata extra revendiendo entradas en Encarnación.
En el entusiasmo, otros amigos se fueron sumando a un grupo de WhatsApp en donde los administradores iban pasando supuestamente los boletos.
Escrachados
El 1 de noviembre salió a luz que había estafadores. Según su relato, se contactó con los dos jóvenes que daban las entradas a precio de reventa, Elías Josué Arias y Antonio Emanuel González Zayas, pero ya no hubo respuestas.
El joven junto a siete personas se encargaban de la venta en Encarnación. Solo en esa ciudad se compraron 110 entradas, por un valor de G. 80.000.000. “Más del 50% eran para el sector Playa, el más caro. Después para los demás”, detalló.
El revendedor y su compañero Adrián Villalba, también revendedor, llegaron hasta Delitos Económicos para denunciar por estafa a los supuestos proveedores de entradas. Estos habrían usado la plata para comprar vehículo y celulares de alta gama. La pena por este delito llega a 5 años de cárcel.
“Realmente necesitamos que se hagan cargo. Éramos 28 personas en el grupo. Cada uno tenía sus clientes, que ahora ya no van a confiar. Queremos limpiar nuestros nombres”, expresó.
@ClaritaRodas18 usó su cuenta de Twitter para denunciar públicamente a Camila López (20) a quien acusó de estafarla. López por su parte, también dio su versión y también responsabilizó a Arias y González.
Intervención policial
El comisario Julio Vera, jefe de la Unidad de Delitos Económicos explicó a Día a Día que hasta el momento tienen 5 denuncias recepcionadas, de las ciudades de Encarnación, Ciudad del Este, Central y Asunción.
“Todos del mismo tenor y contra las mismas personas. Nosotros no queremos confirmar que sean los que vendían a los revendedores hasta confirmar algunas pericias. Se detectó entradas falsas, es decir, que hay una estructura, una logística detrás”, detalló. Además, ofrecían a precios mas bajo de lo que costaba oficialmente.
Se calcula que las entradas falsificadas serían unas 1.500, un valor de G. 800 millones mínimo.
