Carlos Henrique Raposo es considerado el mayor estafador del fútbol.
El rol del “falso 9” puede sonar familiar por estos tiempos, popularizado por los entrenadores Pep Guardiola o Vicente del Bosque; algo así como un mediocampista ofensivo.
Aunque probablemente, el brasileño Carlos Henrique Raposo lo impuso de forma literal.
“El Kaiser”, como era conocido, es el protagonista de una de las mayores estafas de la historia de fútbol, al conseguir jugar en grandes clubes profesionales durante 13 años, sin casi jugar.
A lo largo de su carrera logró engañar a los clubes Botafogo, Flamengo, Bangu, Fluminense, Vasco da Gama, América, Puebla de México, El Paso de Estados Unidos y Gazélec Ajaccio de Francia.
En la década del 80, Raposo llegó al mundo del fútbol gracias a la noche. En el ámbito de las discotecas de Río de Janeiro (Brasil) logró conocer a figuras de la talla de Renato Gaúcho, Romário, Ricardo Rocha, Edmundo y Bebeto.
Las mentiras
Según contó el propio estafador, su primer contrato profesional lo consiguió tras pedirle a Mauricio, una leyenda del Botafogo, que le consiguiera un vínculo con el club.
La estrella del equipo lo hizo posible y en 1986, con 23 años, Raposo se transformó en futbolista. Claro, con un detalle: no era muy bueno con la pelota en los pies, así que hacía de todo para no presentarse a jugar o a entrenar.
La vez que estuvo más cerca de jugar fue contra el Coritiba; “Kaiser” se peleó con los aficionados y fue expulsado antes de saltar al césped.
“Soy el mejor futbolista que nunca jugó al fútbol… Me acosté con 1.000 mujeres y fingí estar lesionado toda mi carrera”, llegó a decir Carlos Kaiser.
Su farsa se terminó en Francia. En su regreso a Brasil “colgó los botines” y decidió dejar de estafar a los clubes.
“No me arrepiento de nada. Los clubes engañan mucho a los futbolistas. Alguno tenía que vengarse de ellos”, aseguró.
