«Janja», la próxima primera dama del Brasil, la Evita de Lula

La tercera esposa del mandatario es socióloga, feminista, exfuncionaria de Itaipú. «El pidió mi numero de teléfono», reveló.

La tercera esposa del mandatario es socióloga, feminista, exfuncionaria de Itaipú. «El pidió mi numero de teléfono», reveló.

Rosangela da Silva, más conocida como «Janja», quiere ser como Evita y Michelle Obama. Siempre al lado de Luiz Inácio Lula da Silva, la futura primera dama de Brasil se ha destapado como una figura política que ha levantado suspicacias hasta en el Partido de los Trabajadores (PT).

A esta socióloga de 56 años, 21 más joven que el presidente electo, hay quien la compara ya con la histórica líder argentina, sobre la que ha hecho pública su admiración y en quien dice que se inspirará a partir del 1 de enero, cuando Lula asuma el poder.

«Janja» (1966, União da Vitória) participó en prácticamente todos los mítines de Lula, en los que incluso agarraba el micrófono y se ponía a cantar las canciones de la campaña de su marido ante cientos de personas.

Su omnipotente presencia ha generado recelos dentro del PT, que temen la enorme influencia que pueda tener sobre el mandatario electo. Ella atribuye esas críticas a «envidia» y «machismo».

SE CONOCIERON EN ITAIPÚ

Janja se afilió al PT cuando tenía 17  años. Era una militante. De Lula, que entonces era un barbudo aguerrido, diferente del estadista de hoy, le marcó su «liderazgo», aunque su primer encuentro solo sería años después.

La futura primera dama y Lula se  conocieron por primera vez en Itaipú en el 2003.   Pero la chispa del amor solo surgió en diciembre de 2017, durante un partido de fútbol benéfico.

En la época, Lula estaba viudo, tras perder a su segunda esposa, Marisa Letícia Rocco, en febrero de ese año por culpa de un derrame cerebral.

INTERCAMIO DE NÚMEROS

Rosangela, que había acudido a ese evento porque quería ver al cantautor Chico Buarque, acabó comiendo en la mesa de Lula. «Él pidió mi teléfono a alguien» y «nos fuimos aproximando», relató.

Cuatro meses después, Lula entró en prisión por unas condenas por corrupción que más tarde serían anuladas por la Justicia.  «Fue muy difícil. Todos los días nos intercambiábamos cartas», narró.

Se casaron el pasado 18 de mayo en una ceremonia íntima.  «Janja» anunció que no se  quedará a su casa a cocinar. Estará codo a codo con su  esposo, Lula.

EFE.