Verónica Alcocer, esposa de Gustavo Petro, lleva el ritmo caribeño al Gobierno.
Por Daniel Ñamandú
La asunción al poder del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro con su dupla, la afrodescendiente Francia Márquez, trajo consigo un montón de postales. Uno de los momentos más emblemáticos se vivió en la Casa de Nariño, la que será la casa presidencial los próximos 4 años, y tuvo como protagonista a la primera dama, Verónica Alcocer.
Con el glamour de su vestido blanco y lejos ya de los protocolos, no pudo evitar mover el cuerpo al ritmo de un papayera (bandita) que llegó de Córdoba y Sucre, trayendo consigo el fandango y el currulao (músicas folclóricas de las costas colombianas).
Varios de los asistentes, viendo el baile de Verónica Alcocer, se sumaron a la fiesta improvisada.
La nueva primera dama se instala al son del caribe colombiano en la que será su casa durante el periodo presidencial de su marido.
Puro talento de la primera dama
Verónica nació en Sincelejo (pueblo costero), es de una familia adinerada y de derecha. Ella cumplió 46 años y su esposo, Petro, izquierdista, 62 años.
En el año 2000, Petro se fue a su pueblo para dar una conferencia. Ella estudiaba Derecho. Él llegó, lanzó un piropo y siguió su camino. En la conferencia, a ella le llamó la atención su inteligencia.
Ese mismo año se casaron, pero debieron esperar la aceptación de su suegro, quien tenía dudas sobre el exguerrillero. Ella tenía un hijo, Nicolás, y juntos tuvieron otras dos hijas: Sofía y Antonella.
Petro también tenía varios hijos de sus parejas anteriores. La pareja presidencial de Colombia es una familia “ensamblada”. Verónica asegura que tendrá agenda propia ¿A ritmo de vallenato?
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