El grupo noruego estuvo este año por Paraguay, realizaron un recital impecable.
«Unidos por la música» pese a tiranteces internas que aprietan a A-ha desde casi el inicio, los casi 40 años de supervivencia de la banda noruega viven hoy momentos ambiguos e inciertos al saludar su primer disco en siete años por un lado y, por otro, al anunciar que es probable que no hagan giras nunca más.
«Yo ya pensé que la parada de 2010 era el final», reconoce a EFE el cofundador del grupo Magne Furuholmen, teclista principal, guitarrista y compositor de algunos de los temas, al señalar el milagro de que el trío, que completan Morten Harket y Pål Waaktaar-Savoy, haya llegado hasta aquí desde su fundación en Oslo en 1982.
Las diferencias entre ellos quedaron al descubierto en el documental de 2021 «A-ha. La película», que expuso cómo desde la eclosión mundial con «Take On Me» viajaban y se mantenían separados entre bastidores.
«No es un secreto que teníamos problemas. Pero también he de decir que esas rivalidades de alguna manera alimentaron lo creativo. Con los años nos dimos cuenta de que debíamos enfocarnos en algo que fuese importante para todos: la música», dice sobre el «único idioma» que les permite aún hoy comunicarse de manera efectiva.
Se respetan
Siguen sin relacionarse mucho fuera de lo estrictamente profesional, pero Furuholmen también subraya que el éxito de A-ha es «la suma de los talentos combinados de los tres» y que profesan «un gran respeto» por lo que crean juntos… cuando lo consiguen.
«Grabar álbumes nuevos es muy duro por esa relación que mantenemos», reconoce ante la escasez de grabaciones, tres en los últimos 13 años. El último de ellos, «True North», fruto de un nuevo contrato con Sony Music, ve la luz este viernes, siete años después del previo «Cast In Steel» (2015).
El parón de la pandemia tuvo mucho que ver. «Nosotros funcionamos muy bien en directo y teníamos prevista una gira mundial en 2020, pero se canceló todo. A medida que el encierro se alargaba y nos dábamos cuenta de que sería imposible tocar ni en 2022, pensamos qué hacer por los fans», relata.
Entre toda la televisión que consumieron esos días, apareció el documental «Western Stars» en el que Bruce Springsteen interpreta temas del álbum del mismo nombre con el paisaje de la América profunda de fondo. Furuholmen pensó que A-ha podría hacer algo similar con todo el «drama y la épica» de una ciudad como Bodø, 90 km por encima del Círculo Polar Ártico.
«Ese paisaje ya tenía un rol importante en nuestras composiciones mentales. Yo he escrito en mi vida muchas metáforas vinculadas al océano y, hasta trabajando en el estudio, solíamos buscar cosas del tipo ‘que suene como un águila en el cielo’. Así que esas imágenes siempre estuvieron ahí, pero esta vez nos propusimos convertirlas en una atmósfera», explica.
Ya había canciones sobre la mesa, el proyecto -a la manera de Springsteen- adquirió dimensión audiovisual (pues además de un disco, «True North» es una película que se proyectará a partir de esta semana en más de 400 cines de 29 países) y, con ese trasfondo, el mensaje ecologista surgió de manera natural.
«Teníamos que alzar nuestras voces en pos de un futuro más verde y sostenible», señala ante cortes como «You Have What It Takes», en el que se manifiesta «la preocupación por el legado a las generaciones más jóvenes», pero sin dejar de lado el «optimismo y la esperanza», «que es lo que ha hecho A-ha siempre».
Nuevos temas
Para darles forma a sus nuevos temas más etéreos trabajaron con la Orquesta Filarmónica del Ártico y, en opinión de Furuholmen, «algunos de ellos están entre los mejores» que han hecho nunca.
«Algo que ha cambiado respecto al principio, cuando soñábamos con conquistar las listas de éxitos y las radios, es que hemos dejado de pensar en si algo es pegadizo. Yo me dejo llevar y, si conecta conmigo, pienso que lo hará con el resto de la gente. Supongo que eso es la libertad. Ya no intentamos sonar jóvenes. Total, fuimos parte de los artistas que definieron los 80», afirma.
Celebran iniciativas como la de sus «amigos» de Coldplay de intentar aminorar al máximo la huella de contaminación que provocan sus giras y ellos mismos empezaron a valorar opciones como «hacer más eventos por streaming, contratar orquestas locales…».
«El plan original era hacer una gira, pero ahora no estoy muy seguro siquiera de que haya más. Depende de Morte, de que encuentre una forma de preocuparse menos por su voz y disfrutar más el momento. Obviamente no es fácil al pasar los 60 años y tener que mantener esa garganta atlética que requieren las canciones de A-ha. Pero ojalá encuentre ese camino», indica Furuholmen, con lo que deja la continuidad del grupo sobre los escenarios en el aire. EFE