Abogado sostiene que con un contrato claro no hay motivos para peleas con el propietario. Algunos casos llegan a mediación.
Por José Oviedo Bareiro
Un inquilino quiere hacer una ampliación, cambiar una cañería o poner un negocio en frente, ¿se queda para él todo lo que está invirtiendo?
“Si el contrato no dice otra cosa, el inquilino no tiene derecho a hacer mejoras y si las hace, las pierde”, comentó el abogado Francisco Segura.
Señaló que un mal contrato es la causa de las peleas entre inquilinos y dueños en la mayoría de los casos.
“No somos de formalizar nuestras relaciones, decimos que es mi amigo, mi compañero, pero si hay un buen contrato las disputas son mucho menores”, destacó.
El inquilino no puede romper paredes, por más que hayan salido de su bolsillo.
“Puede ser una plantera, una canaleta sin romper el techo, pero si hiciste una pileta no podés sacar porque vas a dejar un hoyo en la propiedad”, dijo.
Explicó que el inquilino solo tiene derecho a reembolso si el contrato le permitía hacer mejoras, o si el propietario le autorizó hacer las mejoras.
El profesional destacó que en el artículo 822 del Código Civil se establece que los gastos necesarios y urgentes sí puede realizar el inquilino sin previa autorización.
“Vino una lluvia, hay que pintar, hay que sacar el agua, hay que reponer la canaleta. Eso sí puede hacer el locatario y si el dueño no paga, puede retener parte de la renta”, comentó.
Sostuvo que no existe una ley del alquiler por lo que todo se basa en el Código Civil.
Alguien tiene que ceder
Una reprogramación de pagos es lo que consiguen los inquilinos y los propietarios cuando van a mediación al terminar el contrato.
“Hacen un intercambio de cuáles fueron los gastos, quiénes asumen. En alguna parte, en algún incumplimiento, negocian”, afirmó Gladys Alonso, directora de Mediación de la Corte Suprema de Justicia.
Comentó que los inquilinos cambian las canillas o aplican pintura sin avisar al dueño, como establece el contrato.
Al final, una de las partes tiene que ceder, resaltó.
En este sentido, Héctor Melgarejo, director de Ayres Inmobiliaria sostuvo que el contrato por lo general establece que hay que pedir autorización antes de hacer cambios.
“El inquilino quiere que la casa esté en perfecto estado en el momento en que se le entregue. Se hace un inventario y se le entrega. Lo mismo también al momento de salir, el propietario quiere que se le entregue en las mismas condiciones”, apuntó.
Otros motivos de disputa tienen que ver con la conducta. Hay departamentos con carteles de “Prohibido discusiones” para no molestar a los vecinos.
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