Limitar horarios, asignar tareas de la casa y pasar tiempo en familia son algunos consejos.
Por Tatiana Moreno
Los videojuegos en casa se han puesto de moda en los últimos años, ya que no solo existen mediante aparatos específicos, sino también se pueden encontrar en el celular y la computadora.
Este suele ser un verdadero dolor de cabeza de muchos padres, principalmente en épocas de vacaciones.
El psiquiatra Infanto-juvenil del Hospital de Clínicas, doctor Julio Torales, dio a Día a Día unos tips para disminuir el uso de videojuegos en casa:
1 Todos los días, incluidos los fines de semana, se debe limitar a los chicos la cantidad de horas frente a cualquier dispositivo de este tipo.
2 Los padres y madres deben asegurarse de que los chicos puedan realizar otras actividades, para no estar enfocados solo en el videojuego.
3 Es necesario darle tareas para realizar como ordenar su ropa, darle de comer a la mascota, ordenar y limpiar los juguetes.
4 Pueden realizar en familia algo que le guste al chico, como pintar.
5 Practicar deportes como fútbol, tenis. De ser posible los padres deben involucrarse.
6 Promover la lectura.
7 Tener tiempos de conversación con los hijos.
8 Poner horarios a los tiempos de ocio.
MÁS CASOS
Torales manifestó su preocupación con respecto a estos casos, ya que en el hospital se dieron varias situaciones en las que los padres llevan tarde a sus hijos
“Están aumentando y muchas veces llegan tarde, cuando la adicción es difícil de tratar y ya se acompaña de síntomas depresivos o ansiedad. De ahí la importancia de consultar a tiempo”, dijo a Día a Día.
VIDEOJUEGOS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente en febrero pasado la adicción a los videojuegos como una enfermedad que se puede reconocer, diagnosticar y tratar.
En los últimos años, la industria del videojuego es la que más rápidamente crece, con millones de jugadores en el mundo.
¿CUÁNDO HAY ADICCIÓN?
El doctor Julio Torales explicó que la adicción puede ser considerada cuando existe una falta de control sobre el juego.
“El niño o adolescente no puede controlar cuándo, dónde y cómo juega, cuánto tiempo invierte en el juego, cuántas otras actividades deja de hacer, priorizando el juego sobre cualquier otro tipo de actividad social, académica o familiar”, expresó a Día a Día.
Señaló que toda esta cuestión se suma a una gran ansiedad cuando no se está jugando y conductas relacionadas, como por ejemplo esconderse para jugar, no respetar los horarios de sueño, mentir para tener más tiempo jugando.
Además de la ansiedad y la depresión, el niño o adolescente jugador puede tener problemas de sueño, de relacionamiento con sus pares, irritabilidad, entre otros.