Varios factores genéticos, hormonales y del entorno social ponen en riesgo la longevidad masculina.
A medida que los años pasan aumenta el deseo por prolongar la vida.
En esta “carrera” los hombres están en desventaja, ya que viven menos tiempo que las mujeres.
Un análisis de datos del Banco Mundial muestra que las mujeres viven 5,2 años más que los hombres en los países de alto desarrollo y 3,8 años más en los subdesarrollados.
Labor de las hormonas
La ciencia comprobó que la longevidad está marcada por los factores biológicos y hormonales.
Las mujeres están favorecidas por el estrógeno, estas tienen la valiosa labor de reducir los niveles de colesterol malo en el cuerpo. Mientras que las testosteronas de los hombres incrementan los riesgos de sufrir hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
También los andrógenos, hormonas esteroideas responsables de los rasgos masculinos, hacen que estos hombres con apariencia poderosa tengan el sistema inmune más débil.
Por otra parte, María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, de España, señala que los factores biológicos y culturales juegan un papel importante en la expectativa de vida.
Los hombres son más impulsivos, tienden a buscar sensaciones fuertes e involucrarse en más situaciones de peligro.
Pero nada de esto es definitivo. La debilidad cardiovascular de los hombres se puede paliar con una vida saludable.
Así también, las mujeres son más sensibles a los efectos de las sustancias.
“A igual número de cigarros, las mujeres tienen más riesgo por los estrógenos”, señala la experta.
Solución drástica para hombres
La Universidad de Cornell (EE. UU.), experimentando en ratas, logró prolongar al 33% la vida de los animales al reducirles calorías. Otro método, mucho más drástico, es la castración.
A muchos hombres internados en psiquiátricos de los EE. UU. se les extirparon los testículos y esto hizo que viviesen al menos 14 años más que los hombres que no pasaron por este proceso. Así también, estudios históricos demostraron que los eunucos coreanos tenían vidas mucho más largas.
Las costumbres socioculturales tienen mucho que ver. Esto lo demuestra Marc Luy, del Instituto Federal para el Estudio de la Población de Wiesbaden (Alemania), quien comparó los datos de mortalidad de 11.000 monjes y monjas católicas. Descubrió que la diferencia de vida era solo de 1 a 2 años a favor de las mujeres. Estos llevaban vidas de abstinencias.
