Demandó al futbolista para que no contacte con sus dos hijos desde la prisión.
El exfutbolista Dani Alves, sufrió un nuevo revés luego de que su primera exesposa, Dinora Santana también le diera la espalda. Ella ponía la mano en el fuego por la inocencia del papá de sus hijos, pero cambió de opinión.
Viajó hasta España con sus hijos para apoyarlo. Declaró que era buen padre. Alves nunca logró salir de prisión. Aguarda el juicio encerrado en una cárcel de agresores sexuales.
Era su última chance atendiendo que primero le dejó de lado su segunda exesposa, la modelo Joana Sanz, quien era su pareja en el momento del escándalo.
“Sus hijos no le ven desde el 6 de mayo, desde entonces no ha querido saber nada de nosotros, y son sus hijos”, dijo Santana.
Abogados de Alves le decían qué decir
Señaló que se sintió utilizada por la defensa y el entorno de Alves y que los abogados le decían por un grupo de WhatsApp todo lo que tenía que decir en caso de que le tocara realizar una entrevista.
“Yo tenía lo que tenía que decir cuando llegara al aeropuerto, cuando saliera de la cárcel con los niños”, recordó.
Agregó que había un grupo de WhatsApp donde estaba gente de la prensa y abogados. Indicó que no había nadie que pudiera defender al acusado.
“Su mujer estaba muy dolida por la infidelidad y lo quería dejar. Nadie le podía defender, ¿quién le iba a defender ¿Su familia? No tiene credibilidad”, expresó.
Afirmó que Alves está “muerto” para ella y que desea que pronto salga de prisión por sus hijos. “Imaginar que tu padre puede ser un abusador no es fácil”, agregó. Interpuso una demanda para que no hable ni contacte más con los menores.
