Junior fue un regalo, pero como no había mucho espacio fue a otra casa, su dueña siempre lo amó.
Las mascotas se convirtieron en parte de la familia. Así es la historia que compartió con el diario Día a Día la lectora, María Morán, de su hermoso conejito, Junior, todo un bailarín.
Contó que no le podía tener dentro de la casa, la entristecía porque no podía verle todos los días, sin embargo, su abuelita lo cuidó con mucho cariño y ella iba a visitarlo cada tanto.
«Así paso con Junior, el conejo que recibí como regalo cuando cumplí 5 años. Era cariñoso, pero también inquieto, por ser conejo montés, pero según me contaba mi tía abuela, le encantaba bailar valses de los discos antiguos que guardaban en la casa. Mi tía agarraba al conejo de las patitas delanteras, le daba «play» al disco y empezaban a bailar juntos», narró.
Afirmó que era un conejo feliz, cariñoso, travieso, y muy educado porque sabía el tiempo y lugar apropiado para hacer todo lo que un conejo hace.
«Mi conejo ahora tiene 8 años, sigue vivo, pero ahora solo puedo verlo por fotografía, debido a que está en otro país. Si quieren tener un conejo, y quieren dejarlo con algún pariente, no hay problema, tiene una más razón para salir de casa e ir a pasear, que es ir a visitar a su pariente, y especialmente a tu CONEJO», indicó.
Aconsejó: «No tardes en comprar uno, son cariñosos, y es un animalito económico, que siempre te da consuelo en los problemas que tienes todos los días. NO te olvides de darle un gustito!
