El comportamiento puede causar atragantamiento hasta dilatación-torsión gástrica.
Si tu perro devora su alimento al instante, debes hacer algo al respecto.
Puede resultar cómico en momentos, pero si se vuelve costumbre llegarán los problemas de salud.
Algunas razas como el labrador, beagle, pitbull y golden retriever tienden a tener estos comportamientos.
Podría ser por su cúmulo de energía, estrés, ansiedad, síntoma de diabetes o el síndrome de Cushing.
Así también, el consumo de corticoides u otros medicamentos, podría causarle mucho apetito.
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La alimentación voraz causará a la larga: náuseas, vómitos, gases, dolor o atragantamiento. Sin embargo, lo más peligroso es la dilatación-torsión gástrica. Si no es atendido a tiempo por un veterinario podría sufrir desgarro de la pared del estómago, mala circulación de la sangre y presión en el diafragma.
En el peor de los casos se produce el “vólvulo”, cuando el estómago gira sobre sí mismo debido a la cantidad de comida, líquidos y aire.
Cómo controlar a tu perro
La adiestradora canina Mercé García propone estos ejercicios:
Ejercicios de autocontrol: tomar un poco de balanceado en el puño. El perro comenzará a rascar o mordisquear la mano. Abre el puño solo cuando deje de hacerlo. Repítelo cada día.
Varias comidas: divide la comida en tres veces al día para evitar que llegue con mucha hambre.
Reducir el estrés: realizar paseos y juegos.
Comederos: hay platos con formas especiales que impiden el fácil acceso a la comida. Las tiendas también venden juguetes dispensadores que obligan al perro a comer poco a poco.
Si no funciona, pide ayuda a un profesional.